Cada 1 de octubre celebramos el Día Internacional de las Personas Mayores, instaurado en 1990 por la Asamblea General de Naciones Unidas para recordar que quienes hoy llamamos “mayores” son, en realidad, pilares de nuestra sociedad.

Un poco de historia sobre el Día Internacional de las Personas Mayores

La idea de dedicar una jornada a las personas mayores surge de la necesidad de visibilizar sus aportaciones y defender sus derechos. Desde su creación, la ONU ha impulsado lemas anuales que orientan la reflexión. En años anteriores se ha hablado de envejecimiento activo, solidaridad y sostenibilidad.
En 2025, el lema elegido es “inclusión digital y justicia social”. La razón es clara: la tecnología está transformando nuestras vidas y es clave garantizar que nadie quede al margen de esa revolución, especialmente quienes pueden beneficiarse más de ella

El envejecimiento poblacional: Un reto demográfico global

Las proyecciones de la ONU confirman un cambio histórico: en muchos países desarrollados, la población mayor de 65 años ya supera a la de menores de 15. Este dato refleja que el mundo envejece, y nos plantea una gran pregunta: ¿cómo queremos envejecer y en qué sociedad deseamos hacerlo?

Silverce: tecnología con propósito

En este contexto, en Silverce creemos que la longevidad no es un desafío, sino una oportunidad para crear nuevas formas de vida.
Nuestra plataforma conecta a personas afines para compartir piso y construir hogares que se adapten a sus necesidades, facilitando la convivencia y la creación de comunidad.

A través de la tecnología ponemos a las personas en el centro, simplificando procesos que antes resultaban complejos y ofreciendo soluciones habitacionales que responden a un estilo de vida activo, social y lleno de propósito.

Mirar hacia el futuro

El Día Internacional de las Personas Mayores no es solo una efeméride: es un recordatorio de que debemos construir una sociedad donde hacerse mayor signifique vivir mejor.
En Silverce trabajamos para que las personas +50 puedan encontrar no solo un hogar, sino también un proyecto vital compartido, derribando estereotipos edadistas y abriendo nuevas oportunidades de convivencia.

Vivir más años no es sumar tiempo: es ganar vida, comunidad y bienestar.